El Secreto para Vivir una Vida Santa

Escrito por :   Zac Poonen Categorías :   Devoción a Cristo
Article Body: 

Bajo el antiguo pacto, el pueblo era exhortado a meditar en "la LEY del Señor" (Sal. 1:2). Pero bajo el nuevo pacto, se nos exhorta a meditar en "la GLORIA del Señor" (2 Cor. 3:18). Si tan solo vemos a la letra de la Palabra de Dios, nos convertiremos en Fariseos, y construiremos una iglesia de Fariseos. Pero si miramos a la Gloria en la vida de Jesús, como la encontramos en la Palabra, seremos cada vez más transformados a Su semejanza.

El secreto para vivir una vida santa (nos dice el Espíritu Santo en Timoteo 3:16), recae en ver el ejemplo de Jesús, quien vivió en la tierra con todas las limitantes de la carne, y quien no tenía más recursos que los que podemos tener -el poder del Espíritu, y quien sin embargo vivió en perfecta pureza en Su espíritu. Si Él pudo vivir así, nosotros también podemos. "el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió". (1 Jn.2:6). Ya no podemos culpar a nuestra carne por nuestros pecados. Ya que hubo Uno que caminó por la tierra en la carne y que jamás pecó. Él venció a través del poder de la gracia de Dios - y nosotros también podemos. La medida en la que nosotros mismos seguimos a Jesús en una vida de victoria determinará la medida en la que podemos guiar a otros creyentes a caminar como Jesús caminó.

Inmediatamente después de hablar acerca del secreto de la santidad (en Timoteo 3:16), el Espíritu Santo nos advierte acerca de los espíritus engañadores que vendrán en los últimos días buscando alejar a los creyentes de sus caminos de santidad hacia caminos falsos de volverse santos. "El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas." (1 Tim. 4:1). La característica principal de los espíritus engañadores es que "no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano" (2 Jn 1:7). No reconocerán que Jesucristo venció todo pecado en la carne. Al escuchar a esos espíritus engañadores, los creyentes serán llevados finalmente a creer "doctrinas de demonios" (1 Tim. 4:2). Hay dos ejemplos de doctrinas demoníacas mencionadas ahí: prohibir el matrimonio y prohibir comer ciertos alimentos. El celibato y el ayuno siempre han sido considerados entre las religiones paganas como maneras de llegar a la santidad. Pero estas doctrinas demoníacas encontrarán su camino incluso en la cristiandad de estos días. Vemos que eso se cumple hoy en día. Hay grupos cristianos hoy en día que enseñan que podemos hacernos más santos si permanecemos solteros o si ayunamos regularmente.¿Son estas doctrinas de demonios? Sí. Porque desvían nuestra atención lejos del secreto de la santidad hacia el ascetismo. En lugar de seguir a Jesús en el poder del Espíritu Santo, comenzamos a buscar la santidad a través de la auto-disciplina monástica. No hay nada de malo en permanecer soltero o en ayunar. Pero cuando esto es promovido como el secreto de la santidad, entonces el error es en verdad grave. De hecho cualquier doctrina que aleje a la gente de "Cristo manifestado en la carne como el secreto de la santidad" - es una doctrina de demonios. La verdadera santidad se obtiene, no por medio del yoga, meditación o la auto-disciplina, sino por el poder del Espíritu Santo.

En Colosenses 2:20-23, Pablo dice que las prácticas ascéticas pueden tener algún valor externo, pero que no nos llevan a la naturaleza divina manifiesta en nuestra carne. Sólo el Espíritu Santo puede producir eso. En la iglesia, debemos liberar a la gente del ascetismo religioso. De otro modo estaremos proclamando una versión cristianizada del yoga. El diablo está siempre buscando llevar a los creyentes ya sea al extremo del materialismo, o al extremo opuesto del ascetismo. El materialismo no es tan peligroso, ya que es obviamente mundano incluso para un cristiano carnal. Pero el ascetismo es más peligroso, porque parece llevar hacia la santidad. Ambos son precipicios que se yerguen opuestos el uno del otro. Pero ambos llevan al fondo. Tanto los amantes profanos del dinero como los Fariseos religiosos y auto-disciplinados se dirigen al infierno. Y como siervos de Dios no debemos olvidar eso.