Vigile sus pensamientos con toda diligencia

Escrito por :   Zac Poonen Categorías :   Juventud Struggling Hombre
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Toda persona joven tarde o temprano es tentada por pensamientos impuros. Siendo el deseo sexual más fuerte y agresivo en los hombres que en las mujeres, aquellos se enfrentan a este problema mucho más que estas. En Marcos 7:21, Jesús enumeró los pensamientos pecaminosos como las primeras cosas que proceden del corazón de los hombres. Los corazones de todos los hombres inconversos son igualmente perversos así que la descripción que Jesús dio es válida para todos. Los pensamientos impuros afectan la mente del hombre recto moralmente del mismo modo que la mente del adúltero - aunque la falta de oportunidad y el miedo a la sociedad eviten que el primero cometa adulterio en la carne.

El pensamiento de lujuria, una vez que es permitido, convertirá a la persona cada vez más en un esclavo. La liberación se hace más y más difícil con el paso del tiempo. Mientras más pronto busquemos la liberación será más fácil. La victoria sobre los pensamientos pecaminosos (como la victoria sobre cualquier otro pecado) viene a través de una confesión honesta de la falla, un deseo real de victoria, una aceptación del hecho de nuestra muerte con Cristo, y una entrega completa de nuestros cuerpos y mentes al Señor (Rom. 6.1-14).

También debemos "caminar en el Espíritu" y cooperar con Él para disciplinar nuestras vidas, si es que queremos disfrutar una victoria continua (Gal. 5.16-19). Si no disciplinamos nuestros ojos y oídos (quitando cualquier lectura, vista y escucha que sea concupiscente), no nos será posible disciplinar nuestros pensamientos tampoco (esa es la implicación real de Mateo 5:28-30). Disciplinar al cuerpo es esencial para liberarse de pensamientos pecaminosos. Los más grandes santos han confesado que han tenido que batallar constantemente con las tentaciones sexuales en sus mentes. Tuvieron que disciplinar sus cuerpos severamente para obtener la victoria.

Job, aunque era un hombre casado con diez hijos, reconoció que si él iba a ser liberado del pensamiento de lujuria, tenía que controlar sus ojos. Dijo "Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer" (Job 31:1). Para el hombre, las tentaciones más grandes vienen a través de los ojos. Si no se ejerce un gran cuidado y se permite que entren pensamientos o imágenes impuras a nuestras mentes a través de la compuerta de nuestros ojos, se hace casi imposible eliminarlas de ahí.

Debemos llenar nuestras mentes de la Palabra de Dios - ya que saturar nuestras mentes con la Palabra de Dios es una de nuestras más seguras protecciones en contra del pensamiento pecaminoso. David dijo "en mi corazón atesorado tus dichos para no pecar contra ti". (Sal. 119:11). La Biblia también dice: "consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio" (Fil. 4:8).

Algunos podrán decir que el estándar moral prevaleciente en el mundo a nuestro alrededor es tan bajo que es difícil estar completamente libre de pensamientos impuros. Pero este estado de las cosas no es particular al siglo XXI. Corinto en el Siglo I era el centro de desenfreno e inmoralidad, y aún así el Espíritu de Dios exhortó a los cristianos ahí a llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5), Él nos pide hacer lo mismo hoy. El camino a la vida puede ser estrecho y difícil, pero el Espíritu Santo puede fortalecernos a caminarlo.

Sin embargo, disciplinar nuestras vidas no significa que debamos desarrollar repugnancia por el sexo opuesto.¡Nada de eso! El hecho de que encontremos atractivo al sexo opuesto no es nada pecaminoso en sí mismo. Es bastante natural. No es incorrecto admirar una linda cara como parte de la hermosa creación de Dios. Pero siendo criaturas caídas, si nos somos cuidadosos pronto nos daremos cuenta de la hermosa forma y comenzaremos a desear. Por ello el atractivo por el sexo opuesto, aunque limpio en sí mismo, puede convertirse para nosotros en ocasión para pensamientos impuros. Nuestra seguridad consiste en obedecer instantáneamente la voz del Espíritu Santo en nosotros, cuando nos revisa y nos dice que volteemos nuestros ojos y nuestros pensamientos en otra dirección.