1. Los hombres de Dios se paran diariamente ante la cara de Dios y escuchan su voz.
2. Los hombres de Dios no tienen ningún deseo en sus corazones de alguien o algo aparte de Dios mismo.
3. Los hombres de Dios temen tanto a Dios, que odian el pecado en cualquier forma y aman la rectitud y la verdad, en todas sus maneras.
4. Los hombres de Dios han superado el enojo y pensamientos sexualmente pecaminosos, y prefieren morir a pecar, hasta en pensamiento o actitud.
5. Los hombres de Dios tienen un estilo de vida de diariamente tomar su cruz y seguir adelante hacia la perfección, y constantemente se ocupan en su salvación con temor y temblor.
6. Los hombres de Dios están llenos del Espíritu Santo y están tan arraigados y cimentados en amor que nada nunca los puede mover a una actitud que no ama hacia otra persona, no importa cual grande sea la provocación.
7. Los hombres de Dios están tan arraigados y cimentados en la humildad que ni los elogios humanos, ni el crecimiento espiritual, ni un ministerio aprobado divinamente, ni cualquier otra cosa puede hacerlos perder la consciencia de que son menos que el mínimo de todos los creyentes.
8. Los hombres de Dios tienen un conocimiento del carácter y propósito de Dios por medio de su palabra, y tiemblan frente de tal palabra, de tal manera que no desobedecen ni el mandamiento más pequeño y no desobligan ensenárselo a otros.
9. Los hombres de Dios proclaman el consejo entero de Dios y exponen la prostitución religiosa y las tradiciones humanas cuales no están de acuerdo con las escrituras.
10. Los hombres de Dios tienen revelación del Espirito Santo sobre el secreto de la devoción a Dios, sobre que Cristo ha venido en carne y ha abierto un camino nuevo y vivo por medio de la carne.
11. Los hombres de Dios son diligentes y trabajadores, pero también tiene un sentido del humor, y saben cómo relajarse y jugar con los niños y como disfrutar los buenos réglalos de Dios en la naturaleza.
12. Los hombres de Dios no son ascetas, pero igualmente viven una vida de disciplina y no le temen a las dificultades.
13. Los hombres de Dios no tienen ningún interés en ropa cara o en el turismo y no desperdician su tiempo en actividades que no tienen ningún provecho o su dinero en compras innecesarias.
14. Los hombres de Dios han dominado su deseo de alimentos que son delicadezas y no están esclavizados a la música, el deporte, o ninguna otra actividad legitima.
15. Los hombres de Dios han sido disciplinados exitosamente por Dios en los fuegos de la aflicción, el abuso, las tribulaciones, falsas acusaciones, enfermedad física, dificultades financieras y oposición de parientes y líderes religiosos.
16. Los hombres de Dios están llenos de misericordia y pueden compadecerse con los peores de los pecadores y los peores de los creyentes, y tiene esperanza para ellos, porque ellos consideran que ellos mismos son los principales pecadores.
17. Los hombres de Dios están tan profundamente arraigados en la seguridad del amor de su Padre Celestial que nunca están ansiosos por nada o temerosos de Satanás, o de hombres malos, o de situaciones difíciles, o de nada.
18. Los hombres de Dios han entrado en el descanso de Dios, creyendo en el soberano trabajo de Dios en todos los asuntos para su mejor beneficio y entonces dan gracias siempre y por todos los hombres, y por todas las cosas y en todas las circunstancias.
19. Los hombres de Dios encuentran su gozo solo en Dios y entonces están llenos del gozo del Señor, habiendo superado todos los malos estados de ánimo.
20. Los hombres de Dios tienen una fe viviente, no teniendo ninguna confianza en ellos mismos o sus habilidades naturales, pero teniendo completa confianza en Dios como su Ayudante infalible en todas las situaciones.
21. Los hombres de Dios viven, no por los impulsos de sus propios razonamientos, pero por la dirección del Espirito Santo.
22. Los hombres de Dios han sido genuinamente bautizados en el Espirito Santo y por fuego por Cristo, Él Mismo (y no han sido engañados por alguna falsificación emocional o argumento teológico).
23. Los hombres de Dios viven constantemente bajo el ungimiento del Espirito Santo, dotados con los dones supernaturales que Él les ha dado.
24. Los hombres de Dios tienen la relevación que la iglesia es el cuerpo de Cristo (y no una congregación o denominación), y dan todas sus energías, riquezas materiales y dones espirituales para edificar esa iglesia.
25. Los hombres de Dios han aprendido como enfrenar sus lenguas con la ayuda del Espirito Santo y sus lenguas ahora están encendidas con la palabra divina.
26. Los hombres de Dios han renunciado a todo y ya no están atraídos al dinero o cosas materiales y no desean regalos de otros.
27. Los hombres de Dios pueden tener confianza en Dios para todas sus necesidades terrenales y nunca insinúan tocante a sus necesidades materiales o alardean de sus labores, ni en sus conversaciones ni por medio de cartas o reportes.
28. Los hombres de Dios no son obstinados, pero son mansos, abiertos a recibir críticas y deseosos de recibir corrección de parte de hermanos mayores y más sabios.
29. Los hombres de Dios no tienen ningún deseo de dominar o aconsejar a otros (aunque están listos para dar consejos cuando se les son solicitados), y no tienen ningún anhelo para ser considerados hermanos "ancianos", o líderes, pero solo desean ser hermanos ordinarios y siervos de todos.
30. Los hombres de Dios son personas con quienes es fácil de llevarse bien y quienes están dispuestos a sufrir inconveniencias y dejar que otros tomen ventaja de ellos.
31. Los hombres de Dios no distinguen entre el millonario y el mendigo, el blanco y el moreno, el intelectual y el simple, el hombre culto y el incivilizado, pero los tratan a todos de formal igual.
32. Los hombres de Dios nunca serán influenciados por sus esposas, hijos, parientes, amigos, o cualquier otra persona para enfriarse, ni siquiera un poco, en su devoción a Cristo, o en su obediencia a los mandamientos de Dios.
33. Los hombres de Dios nunca pueden ser sobornados a comprometerse por ninguna recompensa que les pueda ofrecer Satanás (ya sea honor, dinero, o lo que sea).
34. Los hombres de Dios son testigos de Cristo sin temor, no temiendo ni encabezados religiosos ni encabezados seculares.
35. Los hombres de Dios no tienen ningún deseo de complacer a ningún ser humano en la faz de la tierra, y están dispuestos a ofender a todo hombre, si es necesario, para complacer solo a Dios.
36. Los hombres de Dios siempre buscan la gloria de Dios, la voluntad de Dios y el reino de Dios por encima de la mera necesidad humana y su propia comodidad.
37. Los hombres de Dios no pueden ser presionados, ni por otros ni por su propio razonamiento, a hacer "obras muertas" para Dios, pero están entusiasmados y contentos de solamente hacer la revelada voluntad de Dios en sus vidas.
38. Los hombres de Dios tienen el discernimiento del Espíritu para distinguir entre lo que proviene del alma y lo espiritual en las obras Cristianas.
39. Los hombres de Dios miran las cosas desde un punto de vista celestial y no uno terrenal.
40. Los hombres de Dios reúsan todo honor y título terrenal que se le ofrezca por sus labores para Dios.
41. Los hombres de Dios saben cómo orar sin cesar, y también como ayunar y orar cuando se necesita.
42. Los hombres de Dios han aprendido como dar generosamente, alegremente, en secreto y con sabiduría.
43. Los hombres de Dios están dispuestos a hacerse de todo a todos, para que por todos los medios puedan salvar a algunos.
44. Los hombres de Dios tienen anhelo de ver a otros no solo ser salvos, si no también hechos discípulos de Cristo, y traídos al conocimiento de la verdad y a la obediencia de todos los mandamientos de Dios.
45. Los hombres de Dios tienen anhelo de ver un testimonio puro establecido para Dios en cada lugar.
46. Los hombres de Dios tienen una ardiente pasión para ver a Cristo glorificado en la iglesia.
47. Los hombres de Dios no buscan sus propios intereses en ningún asunto.
48. Los hombres de Dios tienen autoridad espiritual y dignidad espiritual.
49. Los hombres de Dios se mantendrán firmes para Dios aunque estén solos en el mundo, si es necesario.
50. Los hombres de Dios se mantendrán firmes sin admitir ningún compromiso, como los apóstoles y profetas de los antiguos días.
El trabajo de Dios en el mundo sufre hoy día porque hombres como tales son pocos en número. Determina con todo tu corazón que tú serás un hombre como tal para Dios, en medio de una generación pecaminosa y adultera y una Cristiandad que compromete sus valores.
Como no hay parcialidad con Dios, es posible que tú seas un hombre como tal, si tú verdaderamente deseas serlo. Como Dios exige dedicación y obediencia solo en el área consiente de tu vida, es posible que tú seas un hombre como tal, aunque el área consiente de tu vida sea limitada. (Esta área continuará incrementándose conforme camines en la luz y siguas adelante a la perfección.) No hay escusa entonces de porque no puedas ser tal hombre.
Como nada bueno habita en tu carne, busca gracia de Dios para tener las virtudes listadas arriba. Clama a Dios diariamente pidiéndole que te llene de Su Espíritu Santo y te de gracia para ser un hombre como tal en estos últimos días del siglo.