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Tres cosas que Jesús hizo por nosotros en la cruz


1. Jesús se hizo pecado para hacernos justos: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." (2 Cor. 5:21). Cristo se hizo pecado por nosotros a fin de que nosotros pudiéramos convertirnos en la justicia de Dios EN EL. Esto es justificación, y es un regalo de Dios para todos aquellos que son humildes para reconocer que nunca podrán ser lo suficientemente justos para alcanzar el standard de santidad de Dios. Es tan solo por gracia que somos justificados y la Biblia nos dice, "Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra." (Rom. 11:6). Jesús no tan solo cargó nuestros pecados. Él se VOLVIO PECADO. La justicia de Dios es más alta que la justicia del hombre más santo sobre la tierra, como los cielos son más altos que la tierra (Isa. 55:8,9). Aun los ángeles que no tienen pecado, no pueden mirar al rostro de Dios, sino que deben cubrirse sus rostros delante de Él (Isa. 6:2,3). Tan solo Cristo puede mirar al rostro del Padre. Y Dios, por lo tanto, nos pone a nosotros en Cristo, para que podamos ahora entrar delante de El sin ningún temor - porque estamos en Cristo. Dios nos justifica poniéndonos en Cristo y aceptándonos como si fuésemos tan justos como Cristo mismo lo es. Podemos gozarnos ahora en nuestra perfecta aceptación delante de Dios, porque hemos sido hechos justicia de Dios en Cristo.



2. Jesús se hizo pobre para hacernos ricos: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos." (2 Cor. 8:9). Jesús se volvió pobre en la cruz, para que nosotros podamos ser enriquecidos - o, en otras palabras, para que no tengamos "necesidad de nada" en nuestras vidas. Dios no ha prometido darnos todo lo que deseamos, sino todo lo que necesitamos. (Fil. 4:19). Padres sabios no les dan a sus hijos todo lo que ellos desean o piden, sino todo lo que ellos necesitan. Lo mismo con Dios también. El Antiguo Pacto prometía riquezas materiales para aquellos obedecían la Ley. Pero bajo el Nuevo Pacto, Dios nos promete que, si buscamos Su reino y Su justicia primero, Él nos daría algo aún mejor. Todo lo que necesitamos para nuestras vidas sobre esta tierra (Mat. 6:33; vea también 2 Ped. 1:4). Jesús se hizo pobre - para hacernos ricos. Así que nunca nos faltará nada en la vida. No debemos tener miedo acerca del futuro - ni por nosotros mismos ni por nuestros hijos. Jesús ha comprado la provisión para toda necesidad terrenal para nosotros y los miembros de nuestra familia - en la cruz. Así que libérese de todo temor, queridos hermanos y hermanas. Jesús ya se hizo pobre por ti en la cruz. No hay necesidad de que vivas más con una constante falta de finanzas en tu vida. Puedes siempre disponer de todo lo que necesites. Reclama tu derecho de nacimiento en el evangelio.


3. Jesús se hizo maldición para convertirnos a nosotros en Bendición: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu." (Gal. 3:13-14). La buena nueva del evangelio es que porque Jesús ya se ha vuelto una maldición por nosotros, ninguna de las maldiciones de la Ley, nos pueden afectar ya más. Esto solo en sí mismo sería una buena noticia. Pero todavía hay más. Podemos también disponer de las bendiciones con las que Dios bendijo a Abraham. Las bendiciones con que Dios bendijo a Abraham están descriptas en Génesis 12:2-3 "Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.". Esta es la bendición que Cristo ha comprado para nosotros en la cruz, a través de haberse El vuelto una maldición por nosotros. El desea bendecirnos y hacernos bendición a toda persona con que nos crucemos en la tierra y durante toda nuestra vida. Esta bendición (el verso nos dice) viene a nosotros al recibir el Espíritu Santo. Jesús describe el Espíritu Santo como una fuente de agua que salta desde dentro nuestro BENDICIENDONOS (Juan 4:14), y luego como ríos de aguas que fluyen de nosotros y BENDICEN A OTROS (Juan 7:37-39). El Señor nos promete que aún el peor pecador, viviendo en pecado y faltas hoy día es: "Aún cuando hayas sido de MALDICION en el tiempo pasado, tu puedes ser BENDICION a otros en el futuro" (Zac. 8:13). Esta es la voluntad de Dios, que seamos de BENDICION a toda familia conque nos encontremos sobre la faz de la tierra.