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En Hebreos 5:8, leemos que "aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia". Jesús tuvo que aprender obediencia. Aprendizaje es una palabra conectada con educación. Jesús tuvo que ser educado en obediencia en los días de Su carne. Como Dios en el cielo, nunca tuvo que obedecer a nadie. Si tú nunca has hecho algo en toda tu vida, entonces cuando lo haces por primera vez, tú aprendes algo. Jesús aprendió a obedecer cuando vino a la tierra como un hombre. Entonces, no solo tuvo que obedecer a Su Padre, tuvo que obedecer también a José y María. José y María eran pecadores, personas imperfectas. Deben haber cometido errores, así como los que cometemos todos los padres. Aun así, Jesús los obedeció. Eso debe haber sido difícil. El obedeció y sufrió en Su obediencia. Esto significa que El sufrió el dolor de negarse a Su propia voluntad para obedecer al Padre durante toda su vida. Esta fue la manera como aprendió la obediencia, cuando le costó dolor o padecimiento.

Algunas áreas de la obediencia pueden ser disfrutadas. Si le dices a tu hijo que se coma el helado, él va a disfrutar en obedecerte. No hay sufrimiento para él en esto. Pero cuando él está jugando con sus amigos y le dices que deje de hacerlo para entrar en la casa y hacer sus tareas, es entonces cuando la obediencia se torna dolorosa. Aun así, pueden existir ciertas áreas en nuestras vidas, donde la obediencia puede llegar a resultar fácil y placentera.

Obedecemos al saber que algo es bueno para nosotros. Pero la prueba real de nuestra obediencia es cuando debemos hacer algo que no nos gusta hacer, algo que incluya el negarnos a nuestra propia voluntad, algo que nos produzca dolor. Es allí donde nuestra obediencia es probada realmente.

Jesús aprendió obediencia negándose a su propia voluntad. Cualquier cosa que Su Padre le decía "NO", El también le decía "NO". Aprendió obediencia a través del padecimiento y al final de esta educación "El fue hecho perfecto o perfeccionado" (Hebreo 5:9 ). "Perfecto" aquí significa "completo". Jesús se graduó y completó su título. El mismo título que también nosotros debemos obtener. Nosotros también debemos vencer numerosas tentaciones tal como El.

¿Qué sucedería si falláramos en nuestro examen? ¡Entonces deberemos pasar por el mismo examen nuevamente! Cuando aprobamos todos nuestros exámenes finales, entonces obtendremos nuestro título. ¡Es recién entonces que somos vencedores! Este es el título más importante que podremos obtener en esta vida. Todo otro título, es comparativamente hablando, como basura. Cuando Jesús nos dice "Venid en pos de mí o seguidme", nos está pidiendo que hagamos lo que El hizo, como el Capitán de nuestra salvación. Jamás nos pedirá a nosotros que enfrentemos una tentación que El mismo no haya previamente enfrentado.


Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro , para ayudarnos así a completar nuestra educación. Si debemos sufrir, sufriremos. Pero estamos decididos a aprender obediencia para lograr completar así nuestra educación.

En Hebreos 5:9, leemos, " y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen" ; Jesús es ahora nuestro Profesor en este colegio de obediencia. El completó el mismo entrenamiento desde el nivel más bajo hasta el más alto - y obedeció siempre en todo. Nosotros, como siervo de Dios somos ahora llamados a ser aprendices educadores en el mismo colegio de obediencia. Cuanto más haya usted aprendido obediencia a través del padecimiento, más puede usted ser un verdadero siervo del Señor y poder así también conducir a otros hacia la obediencia.

Tan solo esto es verdadero ministerio Cristiano.